domingo, 15 de junio de 2008

Octubre 27

Tres días aquí y ya no lo soporto. Me iré en la mañana. ¡Sucias calles de la Ciudad de Mierda! Es como morir; supongo que no hay escape, aunque la gente aquí se sonrie mutuamente de vez en vez y actúan como si tuviesen en alguna parte una esperanza secreta. Mientras los cónsules beben hasta morir. ¡Auxilio! ¿No se puede vivir sin amar? Dejen que entre el océano y lo sepulte todo.